El cordero que no quería ser carnero, un libro de Didier JEAN y ZAD editado en castellano por Editorial Proteus me gustó por su título, y lo compré sin más. Para mi sorpresa y alegría ha sido un libro del que no puedo desprenderme, pues su sencilla anécdota, un rebaño de ovejas que se une para acabar con un lobo, es una excelente metáfora de la ineludible unión de los frágiles ante un mundo voraz que nos come día a día.
Para acabar con el lobo hay que ser táctico, lúcido y no tener miedo. Hay que arriesgarlo todo y avanzar. Cuestión nada fácil en un sistema lleno de distracciones que invita a la no cohesión social.
Lo que más me gusta de éste libro es una referencia que encontramos en su última página, un texto atribuido a Pasteur Martín Niemoeller, un tesoro para quienes sabemos que no estamos solos y que hoy quiero compartir con todos mis lectores.
“Cuando vinieron a buscar a los judíos
no dije nada
pues yo no era judío.
Cuando vinieron a buscar a los comunistas
no dije nada
pues yo no era comunista.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas
no dije nada
pues yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los católicos
no dije nada
pues yo no era católico.
Y cuando vinieron a buscarme
no quedaba nadie para impedirlo o protestar…”
no dije nada
pues yo no era judío.
Cuando vinieron a buscar a los comunistas
no dije nada
pues yo no era comunista.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas
no dije nada
pues yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los católicos
no dije nada
pues yo no era católico.
Y cuando vinieron a buscarme
no quedaba nadie para impedirlo o protestar…”